Recientemente circuló por las redes sociales un chiste que puede tener su gracia para aquellos que no tienen conocimientos de elaboración de cerveza, pero para los que sí sabemos cómo se hace y qué ingredientes se utilizan, no tiene ningún sentido. El chiste es éste:

-Póngame una cerveza.

-¿La quiere sin alcohol?

-No, la quiero sin lactosa.

-Eso es absurdo.

-Ha empezado usted.

septiembre 27, 2015

Veamos… Pedir cerveza sin lactosa no es absurdo. La gran mayoría de cervezas no la llevan, pero sí podrían llevarla como ingrediente y se debe a que es un azúcar que da dulzor a la cerveza y que no es fermentable por la levadura, con lo cual va a quedar su aportación dulce después de la etapa de fermentación.

Esto me ha llevado a escribir este post para hablar de los otros ingredientes que se añaden a la cerveza.

Ya sabéis que los ingredientes básicos que debería llevar toda cerveza son agua, malta de cebada, lúpulo y levadura. Si nos ceñimos a estos cuatro ingredientes, estaríamos cumpliendo con la ley de pureza o Reinheitsgebot, de la que ya hemos hablado en otras ocasiones. Pero no tenemos por qué limitarnos a ellos. También podemos utilizar frutos, hierbas y/o especias. Nosotros mismos hicimos recientemente cerveza de calabaza en uno de nuestros cursos y tengo pendiente elaborar cerveza de castañas.

Entonces, ¿cuál es el problema?

Para empezar, no nos podemos fiar de lo que dice la etiqueta en cuanto a ingredientes se refiere, pues si bien no miente, tampoco dice toda la verdad, es decir, no están obligados a decir todo lo que incluye. La normativa europea sobre etiquetado de alimentos establece en el reglamento nº 1169/2011 la información que se debe incluir en las etiquetas. En este reglamento se indica que no es obligatorio especificar los ingredientes de las bebidas con un porcentaje de alcohol por encima del 1,2%, aunque sí los que producen alergias. Cualquier cerveza, por poco alcohol que lleve, va a superar con creces esa cifra. Esto permite que los fabricantes pongan sólo los ingredientes que les interesan que aparezca. Si se ha utilizado cebada, que sería lo propio, hay que indicarlo porque contiene el temido alérgeno para los celíacos llamado gluten.

De ahí que nos encontremos cervezas en cuya lista de ingredientes diga únicamente «Contiene malta de cebada«. ¿Y el resto? Ah, ya. No están obligados a mencionarlos.

En la web de Sartaguda News hacen un análisis bastante completo de las cervezas de marca blanca de los supermercados más conocidos de España, en el que, además del precio y el grado alcohólico de la cerveza, indentifica al productor y aporta la información nutricional de la cerveza. En algunas de las etiquetas analizadas aparecen algunos de los ingredientes sorpresa como el colorante E-150C y el estabilizador E-405.

Si una cerveza necesita colorante… mal asunto. Y si además necesita un estabilizador, apaga y vámonos. Habría que ver cuál es el método utilizado en su elaboración. Viendo así las cosas, no es de extrañar que una lata de 33cl cueste en torno a 0,25 €, cuando el equivalente artesano está rondando los 2€. Y es que la calidad marca la diferencia.

No es cuestión de obsesionarse con el contenido de la etiqueta, pero sí convendría desconfiar de la calidad de una cerveza barata.

Aunque siempre podemos ser originales y añadir en la etiqueta aquello que de verdad hace tan especial a esa cerveza, como la malagueña cerveza artesana La Axarca, que incluye en un arrebato de genialidad el cariño y el arte entre sus ingredientes.